14/01/19

Hola.

¿Quién eres?

Sí, tú. El que entró a esta nota, o la que probablemente esté sentada viendo su computadora o sosteniendo su celular para poder leer este artículo.

¿Que quién soy yo? No, yo pregunté primero.

Pero, tienes un punto. Este es MI blog, debería de presentarme primero.

Yo soy la gitana. Sí, así. Gitana, a secas.

Nazco hoy pero, tengo años de experiencia y todavía más años que esperan por ser vividos.

Soy un ser humano, con fallas y aciertos.

Todos los que me conocen saben parcialmente quién soy; tienen el gusto de conocer la versión que más me gusta contar de mí. A veces, cuando algo se sale de mis manos, tienen un vistazo ante la realidad de lo que soy.

Y hay veces que me gusta maquillar mis miedos, inseguridades y errores con mentiras. De esas que salen cuando te pones nervioso y decir la verdad no es opción. Sí, miento. ¿Acaso no mentimos todos?

Mira, ojalá no empieces a juzgarme por mis verdades.

Ojalá que te des cuenta de quién eres antes de empezar el juicio final.

Dicen que no puedes juzgar sin poner el ejemplo; entonces, soy libre de culpas.

Básicamente, vengo a buscar un espacio que jamás he encontrado. Un lugar en el que puedo decir quién soy, qué me molesta, cuántas veces he caído, cómo lo he superado, cuándo me he fallado y que nadie sepa si yo no quiero que lo sepan.

Entonces, esa soy yo.

Soy lo que he vivido, lo que quiero lograr en la vida. Soy las personas que conozco, que he desechado, que me han desechado y los que se han quedado. Soy mis experiencias, soy mis aciertos y mis fallas.

Soy una gitana, de esas que ni saben de dónde vienen, buscando por la vida a alguien que la entienda, que no la juzgue ni discrimine.

Soy Gitana, a secas.

Si estás leyendo esto por cuenta propia, espero encuentres algo que te guste, con lo que te conectes o simplemente te entretengas al leerme. Para eso escribo, para que me lean y dejar una huella, tan minúscula como enorme sea.

Y si estás leyendo esto porque yo te lo enseñé, quiere decir que he agarrado la confianza suficiente para que me conozcas. Para que entiendas muchas cosas que antes no tenían explicación, para que compartamos y discutamos lo que he vivido. Para que seas parte de mi crecimiento, mis introspecciones y mis miedos, lo que he vivido, lo que vivo y me falta por vivir.

Si estás leyendo esto porque te lo enseñé, te aseguro que hay pocas personas que me conocen tanto como tú y estoy lista para compartir estas anécdotas contigo.

Y, sea como sea, si estás aquí leyéndome, eres como mi psicólogo inventado; no te pago, no te pido tu opinión pero te lo estoy contando. Me estoy abriendo contigo, sin que me lo tengas que pedir ni yo preguntar.

Así que, bienvenido seas.

Espero estés listo para un buen conjunto de historias.

De mí, de mi vida.

Abróchense, que ahí voy.

Deja un comentario